En el Año Internacional de la Biodiversidad al que se dedica este 2.010 la Fundación Biodiversidad Española publica un libro que comienza en el Prólogo con una pregunta ¿lo más importante? La vida.

Nos cuenta este libro que en Noviembre del 2.008 en el Royal Geographical Society de Londres se reunieron un grupo de científicos para debatir y decidir cuál era la especie más importante del Planeta, sin la que vivir en este mundo en las condiciones actuales sería prácticamente imposible. En el debate, como es lógico, aparecieron diversas categorías con propuestas e iniciativas diferentes y de suma importancia, pero dos especies se eligieron como favoritas: el plancton y las abejas.

El profesor David Thomas defendía la importancia del plancton. El Doctor George Mc Gavin se postulaba por las abejas.

Al final los argumentos más convincentes fueron los expuestos por el Señor Mc Gavin, los cuales en la votación dieron el título honorífico como “especie más  valiosa” a las abejas. Las pruebas y argumentos presentados por el científico daban cuenta de que más de un cuarto de millón de plantas florales dependen de las abejas, así como otras muchas especies cruciales para la agricultura, vegetales o árboles frutales cuyos frutos consumimos a diario. Lo cierto es que Mc Gavin convenció a la audiencia de la importancia de las abejas en la vida pero, en mi opinión, todas las especies son importantes. La naturaleza necesita de un buen equilibrio para su mantenimiento. Creo sinceramente que de los humanos depende, siendo las abejas un pilar importante para su conservación.

Quien desee, puede leer el libro completo o descargárselo en el siguiente enlace:

Si desaparecieran las abejas, la vida sería casi imposible

A continuación os transcribimos el prólogo:

¿Lo más importante? La vida.

En noviembre de 2008, durante un debate de la institución Earthwatch celebrado en la Royal Geographical Society de Londres, diferentes científicos se embarcaron en la difícil discusión de decidir cuál era la especie más importante del planeta, aquella sin la cual vivir en este mundo sería prácticamente imposible.

El debate contaba con candidatos de muy diferentes categorías; en las listas cabían murciélagos, primates, hongos… Pero dos especies parecían erigirse como las grandes favoritas: el plancton y las abejas.

Mientras el profesor David Thomas se inclinaba por el plancton, el doctor George McGavin postulaba a las abejas. Finalmente, serían los convincentes argumentos de McGavin los que darían el honorífico título de «Most valuable species» (especie más valiosa) a estas últimas.

Las evidencias aportadas por el científico daban cuenta del hecho de que más de un cuarto de millón de plantas florales dependen de las abejas, así como muchas otras especies cruciales para la agricultura, y vegetales o árboles frutales que consumimos a diario.

Lo cierto es que, como las abejas, cada especie tiene su relevancia, y en esto consiste la biodiversidad. Aunque McGavin convenciera a la audiencia, no sabemos cuál es la especie más importante.

Lo que sí sabemos es que la biodiversidad es la vida. La conexión entre ecosistemas, especies, espacios y estructuras genéticas es compleja y lo único claro es que cada eslabón de la cadena es vital. Como vital resulta disminuir el impacto de las actividades humanas sobre la flora, la fauna y los ecosistemas, y promover el uso racional y sostenible de unos recursos naturales que se agotarán si no sabemos cuidarlos. Porque manteniendo la biodiversidad en un buen estado de conservación estaremos contribuyendo a reforzar la base de muchas de nuestras actividades económicas, nuestra propia salud y la calidad de vida de la que hoy disfrutamos.

La pretensión de este libro es tan humilde como sencilla, ya que su único objetivo es que incorpores la biodiversidad a tu vida diaria: que la conozcas, que la reconozcas en tu día a día y que te hagas eco de su importancia. Que hables de biodiversidad, porque algo pasa a ser importante cuando empiezas a hablar de ello.

 

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